BAUTISMO

Aunque se discute la ubicación exacta del bautismo de Jesús, llegar a la orilla del Río Jordán fue una experiencia maravillosa. Hablo desde mi costa, como siempre. Llegar ahí aparte de ayudarme a recordar los pasajes que he leído en las sagradas escrituras me llevó a vivir una perfecta comunión. 

Dos naciones no cristianas se disputan el lugar donde se dice que fue bautizado Jesús. Israel y Jordania, todo por la multitud de turistas y peregrinos creyentes que llegan cada año. Independientemente de esto, insisto que para mí ha sido un símbolo vital que me permitió vivir de cerca lo que durante muchos años leí y me enseñaron mis padres.

Respeto a todos los que no creen y eso me lleva a compartir con recato y prudencia en este blog público una experiencia personal e intransferible de vida. 

Fui bautizada al nacer por eso no volví a bautizarme. En edad adulta renovamos nuestros votos bautismales que no es otra cosa que aceptar el bautismo como un sacramento de la fe. Para mí es un reto en estas épocas hablar de Dios, de mis creencias y del poder del amor que aleja el espíritu del miedo. Me gusta hacerlo y lo hago.

El agua me invitaba a limpiar, a lavar mi corazón, mi espíritu, primero con agua para pasar más tarde por el fuego. 
Sumergirme en ese trecho verde que llena los ojos de colores después de tanto desierto, unir en aquel momento símbolos de vida y escuchar el corazón en medio de los ritos para que no quedaran en solo eso, un acto vacío, me permitió reconciliarme conmigo en muchos aspectos de mi vida.

Mar adentro te mostraste, 
mis lágrimas de siglos has lavado
y yo... ¡Por fin me he hallado! 

Del libro Sendero de latidos (2014). Susana Jiménez 




LA FELICIDAD






“Más allá del Jordán…” 

"En hebreo, el nombre Jordán es Yarden (ירדן) y proviene de la raíz y-r-d (ירד), que significa Descender" . Una hermosa metáfora con un significado diferente para cada persona.  

Desde el lugar de riego. 


Agradecida con la vida por un viaje más, por una experiencia más.