Senda
de luces y fábulas claras,
ruta
que esperas año tras año,
para
ver cómo el otoño
desnuda
los árboles
y
cómo las hojas, una a una,
lentas,
te van abrigando.
Tapetes
de voluptuosos colores
te
cubren con cantos alados,
chopos
y cerezos silvestres
danzan
al viento deshojándose.
¿Y
tú? mudo amigo, sigues indemne
en
el silencio tumbado.
Te
llevaré, así no seas solo mío,
recordaré
que te confié mis pasos,
que
en ti dejé mi sueños extendidos,
mis
suspiros, y lo que he transitado.
Te
grabo en mi alma, sendero amarillo
y
en mis ojos tus tonos no serán pasado.
No
dejaré de caminarte, escucharé,
aunque
lejos, los latidos de tu follaje.
©Texto y fotogafía de Susana Jiménez Palmera.
Poema del libro"Sendero de latidos"
Poema del libro"Sendero de latidos"