El silencio
invadió finalmente
y los ojos
vulnerados
por las
sombras sucumbieron.
Otra cosa
era la vida.
No se le
miente al alma
aunque se
intente remojar
ilusiones en
arroyos de colores,
lejos del
frío.
Tal vez
algún día,
en otro
espacio
de lunas
dormidas
que ayuden a
olvidar,
estas dos
almas
vuelvan a
encontrarse
para revivir
un nuevo final.
¡Firmaron la
libertad!
Sendero de latidos/Susana Jiménez Palmera
fotografía de Susana Jiménez Palmera.
poema re editado.
fotografía de Susana Jiménez Palmera.
poema re editado.