Hoy mi entrada es para recomendar un libro de relatos, o
más bien para compartir con ustedes sensaciones que me ha dejado el libro.
Leer relatos no ha sido lo mío, prefiero la poesía,
novelas o libros que ayudan en mi crecimiento personal (porque me preparo desde
hace un tiempo en coaching personal). Pero hace unos días me recomendaron este
libro y tuve que encargarlo ya que en mi ciudad no estaba disponible. Mereció
la pena haber hecho todo lo que hice para localizar el libro y finalmente
leerlo. No es un libro nuevo pero no lo había leído.
Me encontré con una serie de relatos muy realistas, esos
que traspasan el pecho para llegar a tu corazón, historias de vida diaria con
las que te puedes identificar sin caer abruptamente en lugares comunes.
Momentos cotidianos que abordados por Bernhard Schlink suenan diferentes aunque
hayamos leído antes acerca de la relaciones de parejas, decisiones que se toman
en ella, la falta de comunicación con los padres, los celos, en fin, temas que
podrían sonar recurrentes pero que escritos por este hombre toman un nuevo
color.
Mentiras de verano es un libro conmovedor en el que
suceden cosas normales, cosas que pasan en una vida común y corriente, pero en
ellas también descubrimos muchas actitudes, reacciones o posiciones que
en algunos momentos no hemos querido ver y el autor nos pone frente a
ellas para confrontarnos, si lo queremos.
¿Vale la pena mudarnos de barrio porque hemos conocido a
una chica o a un chico? ¿Nos gusta lo suficiente como para renunciar a nuestra
vida?
¿Qué no hemos perdonado de nuestra pareja? ¿Se imaginan
esas parejas cuáles son esos resentimientos? ¿Qué lleva a un amante a mentir una
y otra vez? ¿Cómo librarse de ataduras que mantienen a alguien ligado a su
antigua vida cuando un amor en la madurez promete una vida nueva?
Leer mentiras de verano es ir descubriendo las mentiras con las que vivimos en siete miniaturas en prosa con unos diálogos intensos. Siete relatos que te ponen frente a una pantalla con imágenes en grande y a colores para que transites por bellas historias que te dejarán miles de sensaciones aún después de haber terminado de leerlas.
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– ¿Que
no somos los mismos de antes? Hace seis meses tuvimos una reunión de antiguos
alumnos y los que en el colegio eran chicos buenos y simpáticos lo seguían
siendo, y los hijos de puta continuaban siendo hijos de puta. A los demás les
debió de pasar lo mismo conmigo. Aquello me impresionó. Uno trabaja en su
persona, piensa que cambia y evoluciona, y los demás le reconocen de inmediato
como el que siempre fue.
–Vosotros los europeos sois pesimistas. Venís del Viejo
Mundo y no sois capaces de imaginaros que el mundo y las personas se renuevan.