No se ha ido
el día
ni ha llegado
la noche,
tiempo de ojos
abiertos
hacia la
poesía constante,
extendido en
la pendiente escarlata
que arropa el
crepúsculo descalzo
sin voz
alguna.
Palmo a palmo
se mece la
mirada en los sueños
que han salido
de sus jaulas
detrás de los
azules del cielo.
¿Cómo no
abrigarse
en la calidez
gratuita?
¿Cómo no
acercarse
al claro
horizonte?
Sin embargo,
trata de
envolverme
lo oscuro que
inicia,
temo y dejo a
las palmeras
que canten
solas.
Me alejo y
compruebo
que mi
ausencia
no detiene la
urgencia del granate
y el tapiz
sigue valiente
coloreándose sin mí.
Todo el firmamento sin prisa,
sigue con su ropaje.
Poema del libro "Con hilos de soles y lunas"
Susana Jiménez Palmera ©
Apidama Ediciones 2016
Un gran placer leer tus poemas y, más aún, escucharlos en tu propia voz.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Susana.. Después de leer tu magnifico poema, escribo el comentario, mientras oigo tu voz, doble placer si cabe..
ResponderEliminarMe alegro de poder comentar, en algunas entradas tuyas, no he tenido manera de poder dejarte el comentario, pero te sigo en todas y cada una de ellas...
Un abrazo..
Podría repetirte el comentario de Llorenç, un placer poder leerte. Abrazos
ResponderEliminarEs que la tarde avanza, a pesar de nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un bello canto a ese momento mágico del atardecer que a veces nos oprime el pecho y el alma.
ResponderEliminarMucha suerte con tu libro Susana.
Un abrazo
GUAUUUUUU... HERMOSISISISISIMO POEMA!! FELICITACIONES!!!!
ResponderEliminarABRAZOS